
La basílica de Zapopan se vistió de luto, se vistió de morado, el color símbolo de la lucha contra la violencia de género.
Familiares, amigos y compañeros de Luz Raquel Padilla Gutiérrez acudieron a despedirla, con una misa de cuerpo presente en la Basílica de Zapopan, el fraile que ofició la ceremonia, Juan Rubio, encomendó a Luz Raquel y su hijo a la Pacificadora.
«Qué la muerte de Luz Raquel, ella misma sea un instrumento que al llegar tu presencia virgencita de Zapopan, te haga ir ante tu hijo Jesucristo y que intercedas tú la madre de Dios ante Jesús, por todos los que seguimos acá, por todas las mujeres de Zapopan, de México. Virgencita de Zapopan tú que eres madre, tú que has dado a luz a tu hijo santísimo, intercede por Luz Raquel, quien también al ser madre y a la hora partir, ha dejado a su hijo en compañía de su abuela y demás parientes», expresó.
A la ceremonia acudieron niños con autismo y con diferentes discapacidades, acompañados de su madre o padre, todos igual, portando el color morado en señal de reclamo.
Al finalizar la ceremonia religiosa los seres queridos de Luz Raquel rodearon su féretro, liberaron palomas blancas, le brindaron aplausos y gritos de justicia.
Luz Raquel Padilla Gutiérrez, falleció el pasado martes 19 de julio, luego de que el sábado por la noche la rociaron con alcohol y la quemaron viva en un parque de la colonia Arcos de Zapopan. La víctima había denunciado varias veces las amenazas de muerte y las agresiones, pero las autoridades no hicieron nada para protegerla.
Luz Raquel tenía 35 años de edad, era madre de Bruno de 11 años, un niño con autismo y epilepsia. Ella formaba parte de la organización Familias y Retos Extraordinarios, y del movimiento «Yo Cuido México».
HAREMY REYES